En su afán por exportar sus productos -y escapar así a la crisis del mercado interno- las empresas españolas están dispuestas a esperar para el pago de la factura. De acuerdo a un estudio de la aseguradora Crédito y Caución el plazo medio de pago ofrecido por las empresas españolas a sus clientes extranjeros está por encima de la mayoría de los países europeos. Son 51 días de gracia. Más incluso que lo que concede Grecia o Turquía. Y a pesar de eso -o quizás a raíz- España está entre los países con menor tasa de impago.
El estudio, realizado entre 2.886 empresas en 14 países de Europa Occidental, señala que la mayoría de los empresarios españoles conceden este largo período de gracia «para trabar relaciones comerciales a largo plazo». Algo que también parecen aplicar para los clientes nacionales, para con quienes el período de gracia alcanza hasta los 68 días. España tiene, además, uno de los más bajos índices de facturas vencidas con más de tres meses de antigüedad: 10%.
Pero al final con este beneficio terminan ganando más las empresas que exportan que las que no. Es que en España el 30% de las facturas de clientes nacionales tiene probabilidad de liquidarse con retraso. La media europea es de apenas 19%. Exactamente lo opuesto a lo que sucede con los clientes extranjeros: el 27% de las facturas queda impaga, mucho menos que la media europea. Así, el estudio destaca que «las empresas españolas, acostumbradas a lidiar con altas tasas de morosidad e impago en el mercado interno, registran en sus operaciones de exportación la tasa de impago más benigna de todo el estudio».
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